sábado, 29 de diciembre de 2007

Comienzo en el fin


Llevo varios días disperso entre los escombros del ayer y las promesas del mañana buscando los adjetivos adecuados para darle forma a mi relato. No me atrevo afirmar que todo lo aquí escrito es verdad o darlo por cierto. Menos aun que mis palablaras se parezcan a lo que piensas pero lo que si quisiera es mostrar con claridad mi sentir porque en cada una de estas líneas estoy presente. Es por ello que hoy escribo esta carta para nadie, tal vez porque llueve.

En algún instante me he encontrado como una simple gota de roció que la brisa no deja caer desplazándola sin tregua, sin inicio ni final. Por todo y por nada pero repentinamente caen y desaparecen para siempre.

No hay quien una mañana se levante de la cama y diga “hoy me voy a equivocar” siempre ocurren una serie de cosas que te llevan al error, pero lo lamentable es que te des cuenta después de haber estado tanto tiempo trillando en lo mismo. Haciendo las veces de un personaje absurdo en esta obra de teatro a la cual llamamos mundo. Entonces miras hacia atrás y vez el desastre que hiciste, esa es la peor parte. También es cierto, hay momentos en los que he salido airoso aun equivocándome y esos otros momentos que atrevidamente intentan adueñarse de mi, los aplaudo con elocuencia.

“Ayer fue ayer y hoy se fue” es la frase de un poema de Pablo Neruda que leí estando en un café-galería muy pintoresco; a simple vista pareciera redundar pero si sabes leer la sutileza de las palabras entiendes el verdadero mensaje que te quiere decir y fue la mejor respuesta que encontré a todas esas preguntas que eran como fantasmas obstinantes que no dejaban me dejaban en paz. Desperté del engaño.

No todo es filosofía, no todo es mística, todo es un instante contemplado en un segundo y llevado a la eternidad, y es por eso que suspiro aceptando el final y contemplando el inicio.

Solo tengo la certeza de algo:

No hay duda de que este año se marchita y con el mis utopías en ruinas, el amor y alguna que otra mentira.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Continuidad sin punto de partida

Hoy imitando a filósofos, nuevamente hago voz de lo que he sentido para dar testimonio de esta infita y dudosa creación.Dice Aristoteles:"La naturaleza es un principio de cambio y movimiento no hay cambio a parte de las cosas que cambian, en todo cambio hay un estado inicial y un estado final" solo lo mismo, es decir, que todo se halla en perpetuo cambio y transformación; el movimiento es la ley del universo, pero de ese continuo ir y venir no resulta nada nuevo porque una vez que el ciclo llega a su termino recomienza el curso y repite.La tierra jamás cambia unos nacen y otros mueren, sale el sol, se oculta el sol, y vuelve pronto a su lugar para volver a salir, los ríos caen todos al mar pero el mar nunca se llena, y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino, una continua fotosintesis que trasnforma todo en materia para su crecimiento y desarrollo.Entoces se puede afirmar que la existencia es inconsistente y fugaz como un soplo; la condición humana sobre la tierra es fragil y transitoria.

No hay que contar como quien ha de vivir miles de años, tienes ya la muerte sobre ti; urge mirar más alla para encontrarnos cerca de las orillas que no significan limites sino senderos del conocimiento, de la imaguinación, y hacer nuestra propia función respecto al mundo. Mientras tenga vida, mientras lo permita la ocasión, procura hacerte libre.